Mens sana in corpore sano

Mens sana in corpore sano.

En una época, cómo la actual, en el que el ocio de los más jóvenes está tan vinculado a las nuevas tecnologías, lograr que las nuevas generaciones se aficionen a cualquier deporte es de suma importancia. Por ello, desde el principio hay que generar en ellos el hábito deportivo.

La actividad física y la práctica deportiva favorece nuestra salud y es la mejor fórmula para prevenir enfermedades.

El deporte desde pequeños ayuda al crecimiento, a luchar contra la obesidad infantil, incrementa la densidad ósea, fortalece los músculos, favorece la flexibilidad, ayuda a regular la presión arterial, incrementa el flujo de oxígeno en el cerebro lo que contribuye al aprendizaje, incrementando la capacidad de concentración y la memoria.

En algunos niños aumenta la energía y en otros les ayuda a desfogarse.

Mentalmente mejora el estado de ánimo y fortalece la autoestima, disminuyendo el estrés y la ansiedad, incluso, la depresión, al estimular la liberación de endorfinas que son las hormonas de la felicidad, sin olvidar que previene hábitos perjudiciales como el consumo de tabaco, alcohol o drogas. Todos son ventajas

Cada edad tiene un deporte, incluso en sus primeras etapas de la vida más que un deporte requiere una actividad deportiva.

En Nauticmar, como especialistas en actividades deportivas náuticas os lo contamos

Desde recién nacidos hasta los 2 años

Una opción beneficiosa para padres e hijos es el yoga por su influencia en el desarrollo psicomotor del bebe. Además el yoga potencia la conexión entre padres e hijos, interviene positivamente en la relajación y en el bienestar físico y emocional del niño y de los padres, en una etapa en la que ambos se están adaptando a la nueva situación, en muchos casos estresante para los progenitores.

Otra actividad es la natación, cuya práctica siempre es aconsejable pero en los más pequeños tiene el objetivo de ayudarles familiarizarse con el agua. Contribuye a estrechar el vínculo de confianza entre el niño y sus padres, que se sumergen con él en el agua para darle seguridad.

En las primeras etapas se centra en juegos de estimulación y en enseñar al bebe a mantenerse a flote, a contener la respiración bajo el agua, a desplazarse por el medio acuático, mostrándoles cómo deben moverse para evitar, además, ahogarse en caso de una caída accidental

En esta tierna edad también están aconsejados los ejercicios de psicomotricidad para potenciar las capacidades motoras de los bebés y sus habilidades sensoriales. Desde casa o acudiendo a un gimnasio.

Consiste en animar al bebé a mover sus piernecitas y brazos, a dar pataditas, a agarrar y soltar objetos, etcétera. Todo ello para beneficiar el desarrollo sensorial, físico y cognitivo de los peques, potenciando la coordinación motora y fortaleciendo el tono muscular.

Hasta los cuatro años

Desde bien pequeñitos vemos como los niños se animan a bailar al son de la música, da igual si es pop, reggaetón o rock. De una forma innata es escucharla y comienzan a moverse. Una opción en esta etapa de su vida es apuntarles a cursos de baile infantil lo que les aportará múltiples beneficios físicos y psíquicos como mejorar la concentración, la flexibilidad, la agilidad o la coordinación, etcétera.

Estamos hablado de clases de baile sin una estructura formar y con el objetivo de desarrollar sus destrezas motoras mediante juegos, habitualmente con la participación de los padres.

Para los padres golfistas, el golf es una posibilidad muy interesante dado que su práctica les permite caminar y disfrutar al aire libre, por lo que resulta un deporte ideal para el desarrollo físico y mental de los niños, favoreciendo en ellos la concentración, relajación y paciencia. Existen el mercado kits de golf con palos y bolas de plástico para que desde los dos años se les vaya inculcando este deporte que conforme vaya creciendo, tendrán material adaptado a su edad.

A estas edades la gimnasia para niños es perfecta puesto que a través de diferentes y divertidas actividades, muchas veces combinada con música, se fomenta que los niños corran, repten, rueden, salten, escalen, lancen y cojan objetos y boten pelotas, en resumen, que ejerciten su cuerpo.

Mejorando las destrezas y habilidades infantiles, los niños aprenden a controlar su cuerpo y a coordinar el tren inferior con el superior de forma lúdica y gradual.

Desde los 4 a los 6 años

Las artes marciales como el taekwondo, el judo o el kárate favorecen la coordinación de movimientos, la velocidad, la agilidad, la fuerza y los reflejos.

También tienen importantes efectos positivos a nivel psicológico y como parte de la educación de los niños, ya que todas ellas son disciplinas que enseñan autocontrol, relajación y respeto por el adversario. Son actividades progresivas que se adaptan fácilmente a la evolución individual de cada niño

Montar en monopatín, patinar y bicicleta, además de ser divertido, fomenta la coordinación y refuerza la musculatura de las piernas de los niños. Son deportes aeróbicos que les ayuda a liberar endorfinas, con todos los beneficios que ello implica, y a mejorar la resistencia, el equilibrio, la fuerza, la flexibilidad, quema calorías y la capacidad cardiovascular.

Son actividades lúdico deportivas de lo más interesantes, ya que permite mejorar las relaciones sociales cuando se practica en grupo, siempre respetando las normas de seguridad, propias como son el uso de casco y protecciones de las extremidades y, ajenas, fomentando la convivencia en sociedad.

A estas edades también es recomendable las clases de esquí con monitor y en grupo, un deporte al aire libre que se practica en escenarios ideales para el disfrute del pequeño. En el terreno físico, mejora el equilibrio y fortalece la musculatura. En el terreno personal, favorece el contacto del niño con la naturaleza y el vínculo familiar, ya que es perfecto para practicarse en familia.

El tenis, el paddle, el bádminton o el ping-pong son deportes técnicamente exigentes que pueden iniciarse entre los 4 y los 6 años, dependiendo del desarrollo psicomotor del niño.

Tienen que iniciarse en pequeños grupos y con un monitor especializado. Sus principales beneficios son que proporcionan resistencia y potencia, a la vez que favorecen la coordinación viso-manual.

es necesario tener en cuenta la intensidad y el tiempo que deben dedicar en cada edad

Además de elegir la actividad deportiva más conveniente para cada edad, y para las necesidades y particularidades de cada niño es necesario tener en cuenta la intensidad y el tiempo que deben dedicar en cada edad.

Conforme se va creciendo las horas también irán in creccento. Por ejemplo, hasta el niño no cumpla 3 años, no se deberían dedicar más de 3 o 4 horas de ejercicio físico a la semana y hasta los 7 años el deporte debe ser un juego divertido para el niño nunca una exigencia o sufrimiento.

Además, no todos los niños se desarrollan de la misma manera. Esta guía es orientativa ya que hay pequeños con 6 años cuyo crecimiento, físico y mental, les lleva a poder practicar deportes de 8, y otros casos en los que su desarrollo va más pausado y puede que ese deporte prescripto a priori para su edad, le suponga un sobreesfuerzo.

Si el deporte es beneficioso por todo lo que hemos comentado puede ser contraproducente en exceso tanto físico como emocionalmente.

En el próximo post relacionado con los deportes para niños abordaremos qué hacer con los niños a partir de 7 años, qué deportes son los más adecuados y como afrontar la actividad deportiva en cada caso.

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