Los amantes de los deportes náuticos aprovechamos cualquier época del año para saltar a nuestro kayak, a nuestra tabla de surf, o simplemente, directamente al agua para disfrutar del mar.
Es de sobra conocido que el sol es esencial, es pura energía y tiene importantes propiedades para nuestra salud, desde el punto de vista biológico, menta y emocional. A dosis óptimas tiene innumerables ventajas, nos ayuda a sintetizar la vitamina D en nuestro cuerpo, fortalece el sistema inmunológico, incrementa el metabolismo, activa el funcionamiento de determinadas enzimas, sin olvidar, que contribuye a reducir el estrés y a mejorar nuestro ánimo.
Cuidado con el Sol
Conforme se van alargando los días, más y más tiempo invertimos en nuestro hobby favorito (kayak, paddel sup, surf…) sin ser conscientes de que tantas horas al sol nos puede pasar factura, tarde o temprano. Por eso, no está demás tomar precauciones, coger buenos hábitos, para que todo ese tiempo a la intemperie no tenga consecuencia alguna sobre nuestro cuerpo.
Los beneficios del sol son infinitos así que no debemos tenerle miedo, pero sí vigilar no sobreexponernos, de lo contrario experimentaremos repercusiones negativas.
En invierno el sol es mucho menos agresivo, no pasamos tantas horas al sol y nuestra piel está cubierta casi en su totalidad por la ropa. Podríamos pensar que es ahora en verano donde todas las circunstancias son más adversas y, por ello, debemos ser mucho más precavidos. Sin embargo, debemos tener en cuenta que la radiación solar que llega a la capa terrestre en el mes de abril, es la misma que en agosto; la única diferencia es que al venir del invierno, la sensación de calor es menor y es cuando la exposición al sol puede ser más traicionera.
¿Y cómo debemos protegernos del Sol? Por fuera y por dentro.
El uso frecuente y adecuado de productos de protección solar es fundamental para el cuidado de nuestra piel. La protección solar debe ser alta y resistente al agua y al sudor. Además de un factor adecuado a nuestra piel y a la exposición solar que vaya a tener, debemos considerar que de una temporada a otra las condiciones de la crema pueden haber visto alterada. Hay que prestar atención al símbolo PAO (Period After Opening), que aparece en el envase y que indica el tiempo en el que hay que consumir un producto cosmético después de abierto y, por regla general, los envases de los protectores solares sí tienen fecha de caducidad anual una vez abiertos. Cerrado y en buenas condiciones, se podría usar al año siguiente.
En muchas ocasiones, tendemos a extender el protector por la parte más visibles y nos olvidamos de zonas que también se ven expuestas como es el caso de detrás de las orejas, entre los dedos de los pies, los empeines, las plantas de los pies, las ingles, las axilas, el cuello, etc.
Y no podemos olvidarnos de la cabeza, es muy importante protegerla porque a través de la parte alta de la cabeza se puede acelerar la deshidratación.
Además de esa protección externa debemos atender a nuestra alimentación dado que el sol extrae toxicidad a la superficie de la piel. Cuanto más tóxico es tu cuerpo y tu estilo de alimentación, más perjudiciales serán los efectos del sol.
Buena alimentación
Existen alimentos que son ricos en nutrientes y pueden ayudar a la salud de la piel cuando se exponen a la luz UV. Desde Nauticmar hemos hechos esta selección de alimentos que cuidarán y protegerán nuestra piel de la exposición solar:
Arándanos: ricos en antioxidantes, que ayudan a combatir los radicales libres que pueden dañar la piel tras muchas horas al sol.
Frutas rojas y anaranjadas: las sandías, las papayas, los albaricoques, los pomelos, el tomate… todos ellos llenos de licopeno, un antioxidante que promueve las defensas naturales de la piel contra los radicales libres que favorece la absorción tanto la radiación UVA como la UVB y actúa como protector solar natural.
Alimentos ricos en Omega 3 y Omega 6: el pescado, los huevos, las nueces y semillas de cáñamo, las semillas de chía y el lino contienen ácidos grasos esenciales omega 3 y 6 que, además de ayudar a mantener la piel sana, son antiinflamatorios y contribuyen a luchar de forma natural con los efectos del sol, aportan aminoácidos y antioxidantes de fácil asimilación que reparan el daño causado en las células de la piel.
Zanahorias: hortaliza rica en beta caroteno, principal fuente de vitamina A, que es vital para la salud de la piel, y que si se toma de forma regular nos proporciona protección solar natural.
Verduras de hoja verde: además de aportar una buena cantidad de minerales de fácil absorción, las verdura del tipo espinacas, acelgas, lechugas, brócoli, apio, alcachofas, perejil o cilantro son óptimas para prevenir y reparar el daño solar. Aportan antioxidantes, como la luteína y la zeaxantina que nos protegen contra las arrugas, el daño solar e, incluso, previenen el cáncer de piel.
Té verde: es rico en flavanol que, además de proteger la piel del daño causado por los rayos UVA del sol, reduce la disminución del colágeno, una proteína muy importante para la salud de la piel.
Coliflor: como los arándanos contiene potentes antioxidantes que ayudan a combatir el estrés oxidativo de los radicales libres, pero además también es rica en el aminoácido histidina que estimula la producción de ácido urocánico, que absorbe la radiación UV.
Chocolate negro: para dar un toque dulce y de placer a una alimentación que protege del sol, las nueces de cacao pueden reducir la sensibilidad de tu piel a los rayos solares.
Todos estos alimentos contribuyen a protegernos de la exposición solar desde dentro pero nunca es suficiente por si sola y siempre debe ir acompañada de una protección externa adecuada, no lo olvideís.
Este verano, y siempre, debemos protegernos de la mayor fuente de energía que existe que es el sol. De esta manera podremos disfrutar de nuestro kayak, de nuestra tabla de paddle sup o el de cualquiera de los deportes acuáticos que tanto nos gusta.
Nos vemos en el agua!